Las enfermedades nosocomiales, también conocidas como Infecciones Asociadas a la Atención en Salud (IAAS) o Infecciones Adquiridas en Hospitales (IAH), representan un desafío significativo para los centros de salud en todo el mundo. Estas infecciones, adquiridas dentro de estos entornos críticos, pueden ser causadas por bacterias, virus, hongos y otros patógenos que se propagan en el aire y a través de superficies contaminadas. El control de la calidad del aire interior juega un papel fundamental en la mitigación de estos riesgos y en la protección de pacientes, personal médico-administrativo y visitantes.
Factores que contribuyen a las Infecciones Nosocomiales
Las infecciones nosocomiales pueden ser originadas por diversos factores, entre ellos:
- Pacientes inmunocomprometidos: En entornos hospitalarios, muchos pacientes tienen sistemas inmunológicos debilitados, lo que los hace más susceptibles a infecciones.
- Uso de equipos médicos invasivos: Procedimientos como ventilación mecánica asisitida, cateterismo y cirugías aumentan el riesgo de infección si no se cumplen estrictas normas de asepsia.
- Resistencia antimicrobiana: La presencia de bacterias resistentes a los antibióticos, como Staphylococcus Aureus resistente a la Meticilina (MRSA) o Clostridium Difficile, complica el tratamiento y la recuperación de los pacientes.
- Calidad del aire deficiente: La circulación de aire contaminado con microorganismos patógenos puede facilitar la propagación de enfermedades respiratorias e infecciones oportunistas.
Importancia del control de la Calidad del Aire Interior
El aire que se respira dentro de los hospitales debe cumplir con estrictos estándares de calidad para reducir la carga microbiana y evitar la transmisión de patógenos. Para ello, se deben instalar sistemas de filtración de alta eficiencia y tecnologías avanzadas de purificación del aire. Algunas estrategias clave incluyen:
1 Sistemas de filtración de alta eficiencia
Los hospitales deben implementar sistemas de filtración de aire que cumplan con estándares como los definidos por ASHRAE y la norma ISO 16890. Los filtros HEPA (High Efficiency Particulate Air) y ULPA (Ultra-Low Penetration Air) son altamente efectivos en la captura de partículas contaminantes, incluyendo bacterias y virus.
2 Ventilación y presurización de áreas críticas
Las salas de cirugía, unidades de cuidados intensivos y áreas de aislamiento deben contar con sistemas de ventilación controlada y presión diferencial positiva o negativa, según sea necesario. Esto evita la propagación de contaminantes de un área a otra.
3 Uso de tecnologías complementarias para purificar el aire interior
Adicionar a la filtración mecánica tecnologías activas como luz ultravioleta germicida (UVGI), lámparas de fotocatálisis o sistemas de ionización bipolar. Puede reducir significativamente la carga biológica en el aire, minimizando los riesgos de infección. Estos elementos de protección adicional se instalan en los serpentines de enfriamiento o en los conductos de descarga de las unidades manejadoras de aire.
4 Monitoreo de la Calidad del Aire en tiempo real
El uso de sensores, manómetros diferenciales de presión y sistemas de monitoreo permite detectar cambios en la calidad del aire y ajustar los sistemas de aire acondicionado, ventilación y filtración en función de las necesidades específicas de cada área del hospital.
Conclusión
La prevención de enfermedades nosocomiales es una prioridad en los entornos hospitalarios, y la calidad del aire interior juega un papel crucial en la reducción de estos riesgos. Implementar sistemas de filtración de alta eficiencia, estrategias de ventilación adecuadas y tecnologías de purificación avanzadas contribuye significativamente a la seguridad de los ocupantes y al control de infecciones dentro de los centros de salud. La inversión en infraestructura de calidad del aire no solo mejora la salud pública, sino que también optimiza la eficiencia operativa de los centros de salud al reducir los tiempos de hospitalización, el ausentismo de personal médico y los costos generales asociados a infecciones adquiridas en el hospital.