El avance en los estudios sobre contaminación ambiental, la confirmación evidente del aumento de sustancias, gases y partículas en el aire que respiramos como consecuencia del incremento de fenómenos naturales, productos industriales, generación de gases vehiculares, aumento de población y demás fuentes, han aumentado la preocupación de las entidades científicas sobre la necesidad de controlar la existencia en el ambiente de partículas cada vez más pequeñas, que deben ser eliminadas para evitar el efecto que puedan producir en el aparato respiratorio de las personas.
La Organización Internacional para Estandarización (ISO), localizada en la ciudad de Ginebra (Suiza), está adelantando los estudios y procesos para determinar, en unión de otras organizaciones a nivel mundial sobre el estudio de partículas peligrosas para los humanos. La documentación oficial de ISO hace referencia a estos Sistemas como de nivel PM. Es por lo tanto lógico que los métodos de prueba de los filtros y su planificación avancen para demostrar el comportamiento de filtración de las partículas más dañinas.
Debido a su capacidad de ocasionar enfermedades, la permanencia y frecuencia de las partículas menores o iguales a una micra (µm) necesitan la mayor atención en éste estudio que está avanzando para definir diferentes clasificaciones: las partículas más livianas y de menor tamaño son las que permanecen en el aire que respiramos: las partículas más pequeñas de un micrón conforman solamente un pequeño porcentaje de la masa, sin embargo, al mismo tiempo contribuyen en más del 90% de presencia en el aire.
Los efectos del material particulado (PM) en la salud humana han sido extensivamente estudiados en décadas pasadas. Los resultados son que el polvo fino puede ser un peligro muy serio para la salud, contribuyendo o aun causando enfermedades respiratorias y cardiovasculares.
Los filtros para aire son generalmente utilizados en Sistemas de Ventilación, Calefacción y Aire Acondicionado en empresas y edificios; en estas aplicaciones los filtros de aire adecuados influyen significativamente en la calidad del aire interior y por lo tanto en la salud de la gente, al reducir la concentración de material particulado.
Diferentes clases de material particulado pueden ser definidos de acuerdo con su tamaño; los más importantes son PM10, PM2.5 y PM1. La Agencia de Protección Ambiental (EPA) de los Estados Unidos, la Organización Mundial de la Salud (WHO) y la Unión Europea determinan PM10 como la materia particulada que pasa a través de una entrada de tamaño selectivo con un 50% de eficiencia y 10 micras de diámetro aerodinámico.
PM2.5 y PM1 son definidos de manera similar.
Con esta nueva serie ISO 16890, se adopta un sistema de clasificación completamente nuevo, que da mejores y más significativos resultados comparados con los estándares existentes.
La clasificación ISO 16890 define las capacidades de acuerdo con el tamaño de las partículas: La figura adjunta, muestra la región del sistema respiratorio en donde se pueden depositar las partículas, según su tamaño:
- PM10 tamaño 5-10 micras
- PM2.5 tamaño 2-3/1-2 micras
- PM1 tamaño 0.1-1 micras: La más pequeña es la más peligrosa.
Efectos de las partículas sobre la salud humana:
- Las partículas más pequeñas o iguales a 1 micrón de diámetro, son suficientemente pequeñas para hallar su camino a través de las células de las membranas de los alveolos en la corriente sanguínea.
- Las partículas en el aire que miden entre 25 a 0.5 micrones de diámetro tienen mayor relación a la salud humana, especialmente en el aumento de riesgo de enfermedades cardiovasculares.
- Las partículas más pequeñas en el cuerpo humano pueden afectar la regulación del sistema nervioso del ser humano.
